¿Qué es la licencia de obra menor y cómo pedirla?

La licencia de obra menor es una licencia que nos permite realizar pequeñas obras en nuestro hogar, tales como una reforma o una reparación. Es importante distinguir entre esta licencia y la licencia de obra mayor, que se requiere para construir edificios u otros grandes proyectos.


Pero, ¿cuáles son las principales diferencias con la licencia de obra mayor? ¿Qué se necesita para poder solicitar este permiso? Hoy vamos a hablar sobre todos estos temas, para que sepas cuáles son los pasos necesarios para poder comenzar a hacer una pequeña obra en tu vivienda. ¡Vamos allá!


Licencia de obra menor: qué es y para qué sirve 


La licencia de obra menor es un permiso que se solicita a la administración para poder realizar pequeñas reformas, arreglos o pinturas en nuestra vivienda. Se trata de una licencia que se caracteriza por ser más rápida y sencilla de tramitar que la licencia de obra mayor, y que generalmente no requiere de tanto papeleo.


Para saber si tu proyecto requiere de esta licencia o no, lo primero que tienes que hacer es acudir al ayuntamiento y preguntar. De todas formas, en líneas generales cualquier pequeño arreglo o reforma que vayamos a realizar en nuestro hogar puede considerarse una obra menor, mientras que la construcción de un nuevo edificio entraría dentro de la categoría de obra mayor.


Así, algunos de los trabajos que podríamos realizar con licencia de obra menor serían:


– Pintar la fachada de una vivienda.


– Reparar el tejado o la cubierta de una casa.


– Hacer pequeños arreglos en la vivienda, como cambiar las puertas o los sanitarios.


– Instalar nuevas ventanas o reemplazar las existentes.


– Hacer una ampliación de hasta 40 metros cuadrados en una vivienda.


– Realizar algún tipo de reforma interior, como cambiar la ubicación de las paredes o el suelo.


En general, se considera que una licencia de obra menor es aquella en la que no se producen grandes cambios en la estructura de la vivienda, y en la que los metros cuadrados afectados no superan los 100.


Diferencias con una obra mayor


Como hemos comentado, la licencia de obra menor se caracteriza por ser más rápida y sencilla de tramitar que una licencia de obra mayor. No obstante, esto no significa que no requiera de ciertos pasos y documentación.


A continuación, te enumeramos las principales diferencias entre ambas licencias:


– La licencia de obra menor es más barata que la licencia de obra mayor.


– Se tramita en un plazo mucho más breve, ya que suele ser suficiente con presentar un certificado del arquitecto o el técnico correspondiente.


– No es necesario contratar a un arquitecto para solicitar esta licencia.


– No se requiere de un estudio de impacto ambiental ni de un informe técnico.


– No es necesario presentar un plano detallado de la obra a realizar.


– Los metros cuadrados que se pueden reformar están limitados a 100.


Como ves, ambos tipos de licencia de obras presentan diferencias significativas. Pero, ¿cómo puedes pedir un permiso de obra menor?


Pasos para solicitar una licencia de obra menor


Si has decidido que tu proyecto de reforma o arreglo es lo suficientemente pequeño como para tramitar una licencia de obra menor, entonces lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con tu ayuntamiento para que te informen sobre los pasos a seguir.


En general, el proceso suele ser el siguiente:


1. Presentación de la documentación


El primer paso es presentar la documentación necesaria. Esta documentación puede variar en función del ayuntamiento, pero generalmente se tratará simplemente de una declaración de qué tipo de reformas quieres llevar a cabo.


En el caso de las licencias de obras menores, no suele ser necesario contar con la aprobación de un arquitecto para poder comenzar el proyecto, aunque esto puede cambiar según la jurisdicción en la que te encuentres.


2. Pago de la tasa 


Una vez que se ha presentado toda la documentación, hay que pagar la tasa correspondiente. Este es un requisito imprescindible para poder llevar a cabo la obra.


De nuevo, el precio de la tasa en cuestión dependerá de dónde te encuentres, variando principalmente en función de la Comunidad Autónoma en la que se vaya a llevar a cabo el proyecto.


3. Comienzo de la obra 


A partir del momento en que se ha pagado la tasa, la licencia estará lista para ser tramitada. Una vez se haya recibido, podrás comenzar la obra de inmediato. Generalmente, el proceso de tramitación es inmediato una vez que has abonado el importe correspondiente.


Como puedes ver, solicitar un permiso de obra menor es un proceso relativamente sencillo y rápido en comparación con otras licencias de obras. No obstante, debes asegurarte de informarte correctamente sobre los pasos a seguir y la documentación necesaria para evitar problemas posteriores.


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Cuando una empresa te ofrece garantías claras, te está diciendo que confía en su trabajo y que si surge algún problema, no te va a dejar solo. Además, las garantías ayudan a que todo quede claro desde el principio, y si ambas partes saben qué esperar y qué está cubierto, se evitan malentendidos y discusiones innecesarias. Protección ante imprevistos Las reformas, por muy bien planificadas que estén, pueden traer sorpresas, como un material que no llega a tiempo o un acabado que no convence. En estos casos, las garantías funcionan como un salvavidas, pues si algo no sale bien, la empresa debe responder y buscar una solución. Por ejemplo, si después de terminar la obra notas que una puerta no cierra bien o que hay una pequeña fuga, la garantía te permite pedir que lo arreglen sin tener que volver a sacar la cartera. También cubre los materiales: si algo se estropea antes de tiempo, la empresa debe sustituirlo o repararlo. 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Plazos y contrato El tiempo es oro, sobre todo cuando tienes la casa patas arriba. Por eso, es fundamental que la empresa se comprometa por escrito a cumplir los plazos acordados. Si hay retrasos injustificados, puedes exigir compensaciones o, al menos, que te expliquen el motivo y te den una nueva fecha realista. Por otro lado, el contrato es la base de todo. Debe recoger de forma clara los trabajos a realizar, los materiales, los plazos, las condiciones de pago y las garantías. Si algo no te cuadra o no lo entiendes, pide que te lo aclaren antes de firmar; un contrato bien hecho evita problemas y te da un punto de apoyo si surge algún desacuerdo. Seguro de responsabilidad civil El seguro de responsabilidad civil es una garantía que a menudo pasa desapercibida, pero que resulta imprescindible. Este seguro cubre los daños que puedan producirse durante la obra, en tu vivienda o en las de los vecinos, hasta en las zonas comunes del edificio. Antes de empezar la reforma, pide a la empresa una copia de la póliza y comprueba que está en vigor. No te cortes en preguntar qué cubre exactamente y hasta qué cantidad para que si ocurre cualquier incidente, este seguro te evite dolores de cabeza y más gastos. Cómo comprobar que la empresa cumple con estas garantías Saber qué garantías pedir es el primer paso, pero el siguiente, es igual de importante. Este paso es comprobar que la empresa realmente las cumple. Contrato y licencias Antes de dar el sí definitivo, dedica un rato a revisar el contrato con calma. Asegúrate de que incluye todas las garantías de las que hemos hablado y que no hay letra pequeña que pueda jugarte una mala pasada. Si tienes dudas, coméntalas con la empresa o consulta a un profesional de confianza. También es importante comprobar que la empresa cuenta con todas las licencias y permisos necesarios para trabajar en Madrid. Esto incluye la licencia de obra y la inscripción en el registro de empresas del sector; no te cortes en pedir estos documentos, pues una empresa seria los tendrá siempre a mano y te los facilitará sin problema. Opiniones de clientes Nada como la experiencia de otros para saber si una empresa cumple lo que promete. Hoy en día, puedes encontrar opiniones y valoraciones en internet, en plataformas especializadas o en foros de vecinos, así que fíjate en los comentarios sobre la puntualidad, la calidad del trabajo y la atención al cliente. Si tienes la oportunidad, pregunta a amigos o conocidos que hayan hecho reformas recientemente; sus consejos pueden ayudarte a evitar errores y a elegir mejor. Por último, no dudes en pedir a la empresa referencias de clientes anteriores, porque si están orgullosos de su trabajo, te las darán encantados. Así podrás hablar directamente con personas que han pasado por el mismo proceso y conocer su experiencia de primera mano. Elegir una empresa de reformas integrales en Madrid que te ofrezca garantías claras y reales es la mejor forma de asegurarte de que tu proyecto llega a buen puerto. Las garantías son la base de la confianza y la tranquilidad durante todo el proceso, así que tómate tu tiempo para revisar el contrato, pide toda la documentación necesaria y consulta opiniones de otros clientes.